La tos nocturna no solo puede llegar a ser muy molesta, sino que además nos altera el sueño. Después de una noche acompañada de tos, nos despertaremos cansados y seguramente con dolores de espalda y cuello, el pecho ardiendo y la garganta seca. Por eso, aunque la tos sea un reflejo involuntario de defensa de nuestro cuerpo, y a priori no sea algo malo, tenemos que evitar que forme parte de nuestro día a día y conocer sus causas para eliminarla.
¿Qué puede causarnos tos nocturna?
La causa más común, por la que la mayoría sufrimos un ataque de tos nocturna, suele ser por estar pasando por un proceso gripal o un resfriado. En estos casos notaremos que la tos suele agravarse durante la noche, ya que durante el día en la nariz y la garganta se acumula mucosidad y luego debe expectorarse.
También podemos sufrir tos nocturna por convivir en un ambiente en el que falte humedad o que sea muy frío, por ejemplo, a causa del aire acondicionado. Si nuestras vías respiratorias pierden calor al respirar este aire seco y frío, desencadenarán un ataque de tos.
¿Qué remedios existen frente la tos nocturna?
Dependiendo de la causa, tendremos que aplicar unas u otras medidas, pero si nuestra tos es porque mayormente nuestra garganta se encuentra seca, por el ambiente o por un resfriado, podemos probar con un remedio casero, como una taza de té de hierbas con miel, y mantener humidificado nuestro esófago.
Un truco para humidificar el ambiente y nuestras vías respiratorias es tomar un baño antes de ponerse a la cama y respirar el vapor. Si, por el contrario, el exceso de mucosidad es el que nos está provocando tos por la noche, podemos probar de calmar la tos intentando dormir con la cabeza más elevada de lo normal. Usa dos o más almohadas para facilitar la respiración y procura tener siempre preparado un vaso de líquido que nos ayude a expulsar la mucosidad.
Si la tos persiste, visita a tu médico para que te examine y pueda darte un diagnóstico. Sobre todo, porque el buen descanso es básico para el rendimiento mental y físico.